Comisario Jefe del CNP de la Comisaria de Alcorcón
Se ha celebrado en el Salón de Actos del Centro Cultural Miguel Ángel Blanco de Alcorcón, la segunda conferencia del curso 2017/2018, dentro del XII Ciclo de Conferencias de la Asociación Siglo XXI. En esta ocasión el ponente era el Comisario Jefe del CNP de la Comisaria de Alcorcón y licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona, D. Domingo Fernández Galindez, siendo el título de su disertación: Ciudadano y Policía. Estuvo acompañado en el estrado por el Presidente de la Asociación D. Felipe García Cuenca, asistiendo el Primer Teniente de Alcalde y Concejal de Cultura D. Antonio Luis Galindo, representantes de Empresarios de nuestro municipio, Cofradías, Juntas Directivas de los Centros de Mayores de Alcorcón, junto con la Junta Directiva de nuestra asociación y un numeroso grupo de asociados y vecinos que llenaban completamente el recinto.
Tomó la palabra el Presidente de la Asociación, el Sr. García Cuenca, para hacer la presentación del conferenciante, al que agradeció la asistencia a todos los actos que la Asociación programa, poniendo a su disposición la misma para lo que pueda necesitar. Tras leer su extenso y exitoso curriculum, con destinos en distintos puntos de nuestra geografía, tomo la palabra el Sr. Fernández Galindez, agradeciendo a los asistentes su presencia y empezar a con unas palabras en las que resaltaba que la seguridad en Alcorcón está siendo positiva, para después trazar varias pinceladas de lo que iba a ser su disertación sobre la Policía al día de hoy, con la Constitución del 78 y lo que era la Policía antes de la misma.
La Policía antes del año 1978 tiene la misión de vigilar y controlar, es una Policía de reacción que se pone en marcha cuando ocurre algo, pero no hace prevención, no es de anticipación y se pueden perseguir conductas aunque no sean ilegales. No existe relación ciudadano – policía, ya que el primero ve con temor acercarse al segundo. Con la aplicación de leyes como las de Vagos y Maleantes, que era en realidad una ley del año 1933 de la Segunda Republica y la promulgación de la de Orden Publico y la creación del Tribunal correspondiente, se otorga mucho poder a la Policía.
Tras la Constitución del año 1978, se produce un cambio radical y así en el artículo 104 de la misma, se dice que la Fuerzas de Seguridad del Estado tienen como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana. El matiz ha cambiado porque ahora se habla de la seguridad ciudadana y no de orden público. E igualmente en el artículo 149, en uno de sus apartados, se habla de la seguridad pública y con la posibilidad de creación de las policías autónomas, En el año 1.986 se llega a la desmilitarización de la policía, que se verá reflejada en la ley 2/1.986, donde se decide que al frente de la misma habrá cargos civiles, unificando en uno los dos cuerpos policiales existentes hasta ese momento.
A partir de ahora la Policía atiende al ciudadano y hace que este la vea como una ayuda, teniendo hoy la gente un buen concepto de la misma. Surge en el año 1988 la Unidad de Participación Ciudadana, fijando una figura de coordinación y queriendo integrar al ciudadano dentro de la seguridad, desplegándose en unidades territoriales, provinciales y locales, preparándose sus integrantes para atender a todos los colectivos ciudadanos. Esta Unidad desarrolla sus planes, estableciendo un Plan General en el que recoge inquietudes y problemas por un lado y por otro dando consejos sobre formas de actuar, y así se dan consejos sobre cómo conducirse en el periodo vacacional, como realizar consultas o compras en internet, como conducirse los jóvenes en el tema de la drogadicción, o en el tema de protección de mayores, etc. Actúan también para dar protección a personas con discapacidad, como ciegos o con síndrome de Down, y lo último estableciendo un plan contra los delitos de odio.
Conferencia muy interesante que el público siguió con mucha atención despidiendo al Comisario Fernández Galindez con una gran ovación al terminar su alocución, y como se pudo constatar en los diversos corrillos que se realizaron en el vino español que se sirvió al finalizar la misma.