Ciclo de Conferencias de la Asociación Cultural Alcorcon Siglo XXI
Premios de Novela Alcorcón Siglo XXI
II Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
III Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
I Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
Conferencia de Ely del Valle en Siglo XXI
Conferencia en Siglo XXI de D. David Pérez García
Conferencia: los excesos de comida en las fiestas navideñas

         ¿Quién puede adivinar el camino a recorrer por el PSOE hasta el 40 Congreso previsto para octubre en Valencia? ¿Quién puede adivinar el desconcertante recorrido de este partido, con un líder absolutamente volcado en trastocar la marcha del socialismo con unas líneas políticas de carácter dictatorial como son las que él viene trazando? Todo son conjeturas en este sentido y en estos momentos de confusión que vive la España amañada por Pedro Sánchez; un político, además de dictatorial, sumamente ambicioso y aferrado a la doctrina de sus intereses de gobernante sin respeto alguno por las fórmulas de diálogo con quienes no comulgan con sus ideas, ni incluso con sus compañeros de agrupación que le auparon al Poder cuando aquella malhadada moción de censura que tumbó a Rajoy.

 

            Que, por cierto, fue el líder del PP quien perdió la batalla política en dicha moción, dado su anquilosamiento y dadas su frialdad y falta de arrojo para defender las maneras conservadoras de millones de españoles. Salió Mariano Rajoy vituperado y sin rechistar aquella tarde-noche por el brujo Pedro Sánchez; que bien supo arroparse por el comunismo trasnochado, además de por el “enjambre” de parlamentarios bien pagados en el Parlamento por todos los españoles; que los mantienen en sus escaños aunque odian a España y no cesan un día sí y otro también de denigrar del país -¿quién lo diría?- a través de muchos medios de comunicación que les sirven inexplicablemente de oportunos heraldos a sus bajezas.

           Decía del recorrido político que un partido como el PSOE ha emprendido de la mano y el despotismo orquestado por Pedro Sánchez; hombre a quien no le tiembla el pulso a la hora de ser desagradecido con aquellos de los suyos que le ayudaron a instalarse en la Moncloa; a él sólo le interesa la posición que ocupa y cierta orientación futura del partido, con la que arrumbará definitivamente etapas más bucólicas, serias y razonables del socialismo.

           Etapas en las que, desde la Transición, se cosecharon heroicas maneras de formar una nación donde, con la Constitución como norma esencial, España desarrolló una democracia que fue reconocida por el conjunto de las naciones de Occidente; hasta el punto que aún hoy hay comentarios y exposiciones que la sitúan como modelo de convivencia a imitar. Pero recalcando, por otra parte, que el sanchismo puede desfigurarla en detrimento de una sociedad, la española, que ya empieza a barruntar momentos muy poco halagüeños y presentir deterioros sociales como los que se viven en las “democracias bananeras”, como vulgarmente se dice.

           En tal sentido del nuevo socialismo que busca Pedro Sánchez a toda costa; ahí tenemos los casos de Carmen Calvo -que se empeñó en apostar abiertamente por la llamada Ley de Memoria Democrática-; de Iván Redondo; de José Luis Ábalos, por ejemplo y por no citar a otros colaboradores suyos más; que se ha deshecho de ellos sin pizca de reconocimiento y sin respeto por los servicios que le han prestado a él.

            Por todo ello, es de suponer que el Congreso de Valencia en unos días, sea una nueva oportunidad para que el inquilino de la  Moncloa, con nuevos turiferarios, se proponga liderar un PSOE irreconocible incluso por sus propios antecesores en el cargo; a quienes ya se les oye comentar  que en la sede de Ferraz -ahora con Adriana Lastra igualmente defenestrada como portavoz socialista en el Congreso- se están preparando nuevos movimientos de purgas socialistas inesperadas.

            Veremos si la asturiana Lastra, que se reconoce inculta y roja, afronta con resignación el ser expulsada de la política nacional para aceptar un cargo menos relevante en su propio partido; aunque más oportuno, para su ideología, en detrimento de un socialismo de aniquiladoras maneras organizativas.

          De esas que no miran el bienestar de los españoles y sí la imagen orgullosa de su Presidente; reductor de cualquier idea política que no le valga expresamente para figurar como estrella -aunque sea estrella irrelevante- en el panorama nacional. Panorama tan necesitado de políticos con profundas convicciones de servicio para la causa común de todos los ciudadanos. Políticos que, por el momento, ni siquiera Pablo Casado, dan la talla idónea para representarnos a todos por igual; seamos de las regiones que seamos y tengamos las ideologías que tengamos.