Pablo Villalba
Desde Baños de Montemayor, donde con mi señora, estoy disfrutando de los tratamientos que este balneario ofrece, he tenido la ocasión de hacer varias e interesantes visitas a lugares próximos, entre otros a la aldea que aparece en el título.
Granadilla es un pueblo inexistente. Un día se decidió construir el pantano Gabriel y Galán sabiendo que varios pueblos de la zona iban a quedar sepultados bajo sus aguas. Eso sucedió no con el pueblo, sino con las tierras de Granadilla. Al desaparecer las tierras, la gente emigró a otros pueblos vecinos.
Ahora Granadilla es un pueblo deshabitado, lógicamente no tiene habitantes ni estructura municipal alguna. Actualmente está incluido en el Programa de Recuperación y Utilización de Pueblos Abandonados del Ministerio de Educación Español, adonde acuden estudiantes de Institutos de Enseñanza Secundaria y Universitarios durante una semana, con sus profesores y monitores de los distintos Ministerios, para desarrollar proyectos de rehabilitación, talleres y actividades programadas. Tiene horario de visitas y carece de instalaciones turísticas y hoteleras.
Lo primero que se ve al cruzar su hermosa puerta arqueada, es la plaza de entrada y el torreón que protegía la ciudad antigua. Es un esbelto torreón, con sus salas variadas, sus miradores y sus altas escalinatas que conducen al turista a lo más alto del mismo. La vista panorámica desde la cima es muy bella, para admirar la extensión de las aguas del Gabriel y Galán y los salientes y entrantes del mismo, con un sinfín de isletas habitadas por las aves de la zona, que allí anidan.
La torre llamada también el Castillo de Granadilla, se cree que fue construida en el último cuarto del siglo XV por el primer Gran Duque de Alba, don Fernando Álvarez de Toledo junto a la muralla, posiblemente sobre las ruinas de alguna fortificación musulmana anterior.
Bajando a pie de torre empieza el nuevo pueblo en el que viven los jóvenes que pasan por sus aulas y sus tierras y huertos donde crecen las verduras y los animales, ganado vacuno, ovino, porcino, junto con las aves, como gallinas y también los conejos… Allá están esos jóvenes. El día que yo visité ese pueblo los chicos y chicas eran de la ciudad de Talavera. Se les veía alegres y felices compartiendo los trabajos que se les habían encomendado.
Historia y descripción de Granadilla
En 1980 fue declarada Conjunto Histórico Artístico y quizás por ello, en el año 1984 fue elegida junto a otras dos poblaciones en el Programa Interministerial de Pueblos Abandonados. Desde entonces, se viene actuando sobre Granadilla para recuperar sus calles, viviendas, monumentos. Dichas actividades las han y estàn realizado miles de estudiantes.
Granadilla es una población del norte de Cáceres, perteneciente al municipio de Zarza de Granadilla, que cuenta con una peculiar historia reciente y situación actual.
Y es que Granadilla fue una histórica villa con gentes que llevaban una vida cotidiana corriente hasta que se construyó el Pantano de Gabriel y Galán en el año 1965. Por ese motivo, se desalojó por completo a la población y la aldea quedó deshabitada.
Realmente Granadilla no quedó, como ha sucedido con tantos pueblos con la construcción de embalses, sumergida bajo las aguas. En el caso de Granadilla, la aldea quedó ocupando una península más o menos circular, aunque la anegación de extensísimas tierras de labor circundantes forzó su diáspora hacia otras poblaciones donde recomenzar su vida.
Quienquiera que vaya a Granadilla, no deje de hacer un recorrido por su muralla de casi un kilómetro, que da la vista al pantano y al interior de lo que fue la población antigua, con sus muros derrumbados, sus calles, sus árboles, huertos y ahora con los animales por esta calle o por la otra. Es un paseo hermoso e inolvidable.
Iglesia de la Asunción
La iglesia de la Asunción fue el templo parroquial de Granadilla hasta su abandono. Desde entonces, y por la falta de cuidados y mantenimiento se fue deteriorando hasta alcanzar un estado casi de ruina.
Afortunadamente se restauró en 1991 y en ella se celebra una misa de difuntos en su festividad correspondiente. Se trata de un templo tardogótico y renacentista construido en el primer cuarto del siglo XVI, con cabecera de varios paños formando un polígono que facilita el asentamiento de las bóvedas estrelladas del interior de este ábside. Tiene esta iglesia dos portadas, una renacentista-barroca y otra gótica de gran sencillez.
Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento.
Jacinto Benavente