Enrique Fernández Melero
Nos indigna el espectáculo lamentable de estos jóvenes burgueses ensuciando el paisaje urbano, molestando a los ciudadanos, que amenazan las tomas de posesión de quienes han sido elegidos en las urnas, (aunque ese sistema lo han utilizado antes los simpatizantes del partido en el gobierno) que incluso llegan a acorralar al alcalde de Madrid.
Nos indigna que actúen bordeando la violencia hasta un límite en que ya no es posible evitarla. No cabe duda de que la quieren provocar por todos los medios a su alcance. Su actitud se va pareciendo a la que adoptan los paparazzi para conseguir las imágenes que luego venden en las televisiones. Al menos los paparazzi tienen que trabajar en equipo, uno actuando de cebo en la provocación, el otro a distancia para filmar lo que resulta cuando la víctima ya no puede aguantar más. Ellos cuentan con los medios de comunicación que lo sirven con gratuidad. Y aprovechan cada oportunidad para capitalizar la violencia y sacarle rendimiento: unos cardenales que se muestran a la cámara levantando la sudadera, valen mucho. Y la sangre de la descalabradura, inapreciable.
Resulta curioso que no se indignen por la guerra, pieza indispensable para los actores de cine y artistas progres, los cuales no perdían ocasión de atacarla. Pero ahora que estamos en “la paz”, no les llama la atención la cantidad de soldados españoles muertos en tierras extrañas, donde no defienden a España pero cumplen compromisos políticos que antes levantaban iras y sarpullidos.
Ya era muy sospechoso que la indignación aparezca ahora y no cuando los que la crearon, negaban su existencia. Más sospechoso que la reacción aparezca en vísperas de unas elecciones que apuntaban al cambio, porque la taza estaba rebosando, porque la situación ya no se sostiene y hay que buscar la salida por los medios que proporciona la democracia que vivimos desde 1975 (quizás no les guste esa democracia y buscan otra cosa) pero que hoy, cuando ya ha empezado el cambio y aparece claro el camino que toma el pueblo, la llamada "indignación" es un claro grito de no queremos, no aceptamos la voluntad popular, hay que romper… ese mensaje y no otro es el que nos lanzan al rostro.
¿Quién manipula a estos jóvenes? No parece que sus manos hayan empuñado nunca una hoz, quizás alguno ni sabe para lo que vale. Y el martillo, puede que para colgar un cuadro. Pero ¿quién puede pescar en esas aguas que agitan con tanto entusiasmo? La campaña empezó hace tiempo con correos por Internet, y poco a poco el contenido los mismos ha ido cambiando. Empezaron diciendo verdades muy seleccionadas y en versión descafeinada para el PSOE. Luego han insistido en el mensaje para que los archivos se reenvíen a todos los contactos, porque el poder de los medios de comunicación es grande. Luego han puesto el ejemplo de lo que, según ellos, se ha conseguido en Siria y en Libia. ¡Pobres de nosotros si aspiran a que nos igualemos con países de cultura y condiciones completamente diferentes! Su desconocimiento de la situación histórica y cultural es impresionante. Por fin, algunos ya piden revolución en la calle.
Hay que devolver esos mensajes y fijar las condiciones por las que no podemos creer en ellos. Triste de recordar es el holocausto criminal del 11 de Marzo, aquella agresión salvaje, horrorosa, el peor atentado terrorista que ha padecido España en toda su Historia. A su lado la bomba arrojada por el anarquista Morral, parece cosa de nada. Incluso aquel asesino deseaba perpetrar un regicidio, mientras que los que intervinieron, consintieron o conocieron en aquel horror, Dios les perdone, iban contra el pueblo llano. La manifestación convocada a continuación durante aquellos días, abundaba de mensajes por Internet y correos telefónicos. La mayor parte de los asistentes se encontraron con algo muy diferente a lo que los llevaba a manifestarse. Un inteligente uso de estos medios y la manipulación de la opinión pública consiguieron en las elecciones celebradas a continuación, lo que parecía imposible. El ascenso al poder del PSOE.
Hoy también se busca dar la vuelta a algo, no cabe la menor duda. Por lo menos debemos tener claro que lo que en principio era una anécdota, continua vivo y buscará nuevos escenarios. Los jóvenes “indignados” piensan reanudar su circo en distintas localidades. Alcorcón figura entre sus objetivos y ya se ha visto algunos carteles que pueden ser preludio a su indeseable visita. Y aun podrían superarse. Considerando lo que llevan realizado, ¿podemos imaginar qué pasaría si el presidente Rodriguez Z se convence de que ya no es posible mantener este calamitoso presente, dimite y se convocan elecciones anticipadas?