Ciclo de Conferencias de la Asociación Cultural Alcorcon Siglo XXI
Premios de Novela Alcorcón Siglo XXI
II Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
III Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
I Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
Conferencia de Ely del Valle en Siglo XXI
Conferencia en Siglo XXI de D. David Pérez García
Conferencia: los excesos de comida en las fiestas navideñas

         Y eso es lo que lleva en el flujo de sus venas la política por muy aseguradora de las libertades públicas que sea; distorsiones, como estos días estamos viendo; distorsiones que han afectado muy principalmente de turbación, y de indisposición también, al partido Cs. Pero aunque uno se haga cruces por esto y no llegue a comprender ampliamente la hondura del mal de los “naranjas”; sí atina, reflexionando que reflexionando, a captar ciertos modos y formas que han llevado a los de este grupo al precipicio que viene marcando el electorado tras la gran popularidad que cosechó en Cataluña en sus inicios; que se pudo calibrar muy bien de triunfo vertiginoso. Incluso un grupo de famosos, con Vargas Llosa al frente, los apoyaron en las escalinatas del Congreso.

           Por eso, hay que pensar en las prodigiosas maneras de entender la política que abordaron Albert Rivera e Inés Arrimadas aquel esperpéntico 1-10; cuando los retorcidos separatistas catalanes quisieron hacer una nueva nación dentro de la Península Ibérica, alejándose de España por medio de un referéndum que no llegó a ninguna parte gracias al grupo que formaron los citados líderes.

 

           Aunque gracias igualmente a los de Tabarnia de Albert Boadella; equipo éste que se posicionó como oposición contra las díscolas posturas (díscolas posturas que todavía subsisten con el apoyo interesado de Pedro Sánchez y de otros personajes como él) que entienden el Parlament como un cortijo de propiedad a medida de intereses particulares; que ese era el ideal que abrigaban, con mucha maldad y mayor descaro los Artur Mas y los Puigdemont.

          Desde luego, es verdad que aquel fracaso catalán del 1-10 hay que apuntárselo a Ciudadanos. Pero tras ese triunfo de ellos, que a la postre fue un triunfo de España, los de la formación naranja se subieron a un pedestal desde donde se atisbaba todo el territorio nacional; territorio donde fueron plantando esquejes que en muy poco tiempo irían enseñoreándose con el respaldo de afines votantes que -todo hay que decirlo- eran, en su gran mayoría, gentes agradecidas que habían intuido cómo España, la España eterna, podía perder su integridad.

          Claro que en Ciudadanos creyeron, muy orgullosos de su triunfo, como he dicho, en su lucha contra los separatistas, que todos aquellos votantes los tendrían consigo para siempre; dándoles la espalda a los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE; los cuales partidos estaban al acecho, con cierta envidia, del triunfo naranja; al acecho para que no se desarrollara más de la cuenta la formación de Albert Rivera. Algo parecido al caso -salvando las distancias- de Rita Barberá, víctima de una cacería política por parte de unos y otros.

        Por lo tanto, dado tal acecho (muy lógico de partidos que aspiran siempre a estar arriba, como el aceite sobre el agua) que las dos citadas formaciones han venido practicando por separado, asunto de las tramas políticas; los votantes de Ciudadanos se han venido descentrando y dejando de apostar -valga la redundancia- por equilibrios políticos en bastantes votaciones.

            A lo cual hay que añadir que las formaciones separatistas de vascos y catalanes, con sus respectivas posturas sectarias, también han contribuido, y de qué forma, para que los naranjas se vinieran haciendo zumos diluidos en la distorsión política que nos está tocando vivir en cada comunidad autónoma. Pero lo de los vascos y catalanes tiene cierta explicación; ya que Albert Rivera e Inés Arrimadas han estado luchando para borrarlos del mapa de la piel de toro.

          No así, la explicación que pudiéramos sacar de los partidos de izquierdas y de derechas; en cuyos éxitos de altibajos iban por libres y sin reconocer que los centristas de Cs fueron los que les sacaron las castañas del fuego a ellos y a España en su integridad, en tantas ocasiones como los procesos separatistas se posicionaban para salirse con las suyas sin que ni el PSOE ni el PP sumaran sus enormes fuerzas políticas para contrarrestar con ahínco los caprichosos malabarismos y faltas de concordia de los nacionalistas trasnochados.

        Sobre todo desde el PSOE de Pedro Sánchez como guía dictador; cuyas formas de asociarse a los partidos políticos que se decantan siempre por desprecios al centrismo y a los equilibrios políticos no dejan lugar a dudas, sirviéndose el Presidente de las coyunturas más devastadoras para la entera España.

         Y en el seno de los populares hay muchas ocasiones -que se lo pregunten, si no, a Pablo Casado- en las que sus posturas y maniobras fracasan al equilibrar las funciones políticas que tendríamos que observar los españoles todos. Ellos, los de Génova, con apostar, como se dejan oír, por el centro-derecha, aunque se hunda Ciudadanos, lo creen todo hecho. Pero ¡ojo!, que tienen en VOX un acicate contra el que han que lidiar sin posturas de medias tintas de cara a sus votantes.