Miguel Rivilla San Martín
Tras unos meses de su aparición en Madrid, con la acampada ilegal de SOL, consentida por el ministro del Interior y delegado del Gobierno socialistas, siguen en candelero de algunos medios. Es cierto que por su comportamiento intolerante y sectario, han perdido la simpatía primera y actualmente sienten el rechazo de gran parte de los españoles.
Son muchos los que a estas alturas, se preguntan quién alienta, organiza y financia, los no cortos gastos que origina su existencia. Una mayoría proclama que es la izquierda en el poder, quien cumple esta tarea. Si estos “indignados” sin trabajo conocido, llevan meses viviendo del cuento, desplazándose por la geografía española, enfrentándose a las fuerzas del orden y con la anuencia de los responsables políticos, no cabe duda que no se mantienen del aire.
Al hablar de recortes, de crisis y de dinero público, sería deseable se formase una comisión para investigar la fuente de financiación de tal movimiento.
Quizás se despejasen algunas incógnitas y se diese con la pista de tal financiación a costa del bolsillo de todos los contribuyentes.