Miguel Rivilla San Martín
Sin pretender pasar por un agudo analista de la realidad presente española, ni tampoco ser un experto en finanzas y mucho menos un “profeta de calamidades”; pero sí un observador crítico y fiel de la actualidad de nuestro entorno político, he aquí lo que sin remedio, se nos viene encima a todos, tal como apunta, con gran acierto, un cualificado comunicante de nuestro foro:
“Esta crisis silenciosa es la destrucción laboral de toda una generación de jóvenes y menos jóvenes. Con casi 5 millones de parados, muchos solo podrán acceder a una limosna perpetua del Estado, para intentar sobrevivir. Así de claro, y así de duro. Para la productividad actual del país, sobra mano de obra. Y el paso del tiempo, juega en contra de la gente que no tiene trabajo. Y además, nada volverá a ser como antes”.
Si a lo anterior se añade la otra crisis de pérdida de valores morales, en gran parte de esta generación; de cambios básicos en la estructura de las familias tradicionales y del escaso acervo cultural, profesional y educativo de la clase universitaria; el panorama del próximo futuro español es muy preocupante.
Pronto no será algo insólito ver a nuestros jóvenes emigrar fuera, en busca de un futuro mejor del que los políticos cegatos les ha preparado en España.