Ciclo de Conferencias de la Asociación Cultural Alcorcon Siglo XXI
Premios de Novela Alcorcón Siglo XXI
II Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
III Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
I Certamen de Pintura Alcorcón Siglo XXI
Conferencia de Ely del Valle en Siglo XXI
Conferencia en Siglo XXI de D. David Pérez García
Conferencia: los excesos de comida en las fiestas navideñas

 Preparado por Pablo Villalba

«El secreto de la paz y la alegría en familia es saber decir: ¿me permites?, gracias y perdona», ha dicho  Francisco

 

En esta mañana fresca, pero soleada del 29 de diciembre, un año más se ha celebrado en Madrid, así como en Barcelona y otras ciudades españolas, la misa multitudinaria para celebrar el Día de la Familia. Hay muchas razones para que este año haya sido algo especial: No hace todavía una semana se ha iniciado una ley que mejorará la condición de la mujer en relación con el aborto y sobre la vida del niño recién nacido.

Otra razón es la difícil situación por la que la familia está pasando en  esta época de crisis, pues son muchas las familias que no pueden hacer frente a los costes que los niños pueden ocasionar en un hogar.

Por eso la importancia de que las leyes apoyen a los matrimonios con niños y a las mujeres embarazadas que carecen de medios para responsabilizarse de los niños que Dios les conceda.

El Papa se dirige a los fieles en la plaza de  Pedro

En tono muy afectuoso, el Papa ha dirigido un saludo especial a los participantes en las Misas de la Familia de Madrid y Barcelona, así como a otras simultáneas que se celebraban en dos lugares muy significativos: la basílica de Nazaret, situada en el lugar donde vivieron María, José y Jesús, y la basílica de Loreto, donde se conserva su casa, trasladada como reliquia durante la época de las Cruzadas.

El Papa en sus palabras recordó a las familias en dificultades, a las familias de los refugiados y exiliados y a las que sufren problemas internos. El Santo Padre mencionó con especial cariño a los ancianos, que a veces pueden ser, en la práctica, «exiliados» en la propia casa. No se les trata con el cariño que merecen o se les considera como un estorbo o «presencia molesta». De hecho, según el Papa, «el indicador para saber cómo va una familia es mirar el modo como tratan a los niños y los ancianos».

En la fiesta de la Sagrada Familia, el Papa invitó a cientos de miles de fieles que le escuchaban a contemplar, «atraídos por la sencillez y el ejemplo de la vida que llevaron en Nazaret», Jesús, María y José. Esa reflexión lleva a la comprensión y al perdón cuando sea necesario. Tres palabras que los miembros de la familia tienen que practicar para vivir  en paz y alegría. Importante alejar el egoísmo en la familia.
Para asegurar que los fieles lo recordasen, el Papa recurrió, como buen pedagogo, a la repetición: «Vamos a repetirlo todos juntos: ¿me permites?, gracias, perdona».
Los fieles lo repitieron a voz en grito y le agradecieron el consejo «casero» con un gran aplauso.

Por eso, en la fiesta de la Sagrada Familia deseo poner en manos de Jesús, María y José el trabajo del Sínodo rezando ahora con las familias de todo el mundo».

El Cardenal Rouco Varela celebró la solemne Eucaristía seguida con gran participación por la muchedumbre. En su homilía recordó:
«No hay otro lugar de la experiencia y de la existencia humana -ha añadido Rouco Varela- donde se puede encontrar quien pueda consolar, aliviar, ayudar eficazmente y alentar animosamente a los enfermos crónicos, a los terminales, a los que han perdido el puesto de trabajo, a los desocupados sin expectativas de empleo en tiempo previsible, a los jóvenes que han embarrancado sus vidas en el alcohol, en la droga, en el sexo salvaje… que no sea en el ambiente cercano, acogedor, tierno y comprensivo de la familia».

En un clima de fiesta y de oración, el cardenal Rouco Varela ha aprovechado su homilía para resaltar la belleza y bondades de la familia cristiana. Entre quienes le escuchaban había personas muy mayores, jóvenes discapacitados y familias con niños muy pequeños. «En esta dura y persistente crisis, por la que atraviesan todos los países europeos, la familia cristianamente constituida está demostrando, una vez más, en una dificilísima coyuntura histórica, su insuperable e insustituible valor para la solidaridad y la paz social, afirmó el cardenal.

A continuación invitó a todos a unirse a una plegaria personal, una nueva Oración a la Sagrada Familia y con el canto del himno a la Virgen de la Almudena concluyó el encuentro