Domingo, 2 de Enero de 2011
Pablo Villalba
Un año más la Familia Cristiana ha reunido en esta mañana soleada de Domingo a un muy numeroso grupo de personas en la Plaza de Colón
Es contagioso y animador el ver tantas personas, pequeñas, medianas y mayores, proclamando su fe en el Jesús que vivió en una familia terrenal, sin dejar de vivir en la Familia Trinitaria. Esa fe que se proclama alrededor de la Mesa del Altar en la Eucaristía entre cantos, plegarias y aclamaciones.
A la Misa, que fue oficiada por el cardenal Arzobispo de Madrid Rouco Varela, precedió el mensaje de Benedicto XVI desde Roma. El Papa ha enviado un saludo afectuoso a las numerosas personas reunidas en Madrid para celebrar «con gozo el valor del matrimonio y la familia»
El Papa bendice a los asistentes a la Misa de la Familia
Benedicto XVI ha hecho un llamamiento «a trabajar por la unidad de todos en torno al amor. Uno de los mayores servicios que los cristianos podemos prestar a los semejantes».
El Papa ha defendido la importancia del matrimonio hecho «entre un hombre y una mujer». Y ha ensalzado esta institución: «La familia es la mejor escuela para vivir los valores que dignifican a las personas y hacen grandes a los pueblos», ha dicho. «Pido a Dios que en vuestros hogares se respire siempre ese amor de total entrega y fidelidad que Jesús trajo al mundo. Os animo, pues, a que os dediquéis sin descanso a esta hermosa misión», ha seguido explicando antes de despedirse con «un saludo muy especial del Papa. Os bendigo a todos de corazón».
El mensaje papal fue seguido con gran atención por los miles de cristianos reunidos en la Plaza de Colón y aclamado con vivas al papa y caluroso aplausos.
Mensaje del Cardenal de Madrid
Arropado por 50 obispos y en una plaza de Colón abarrotada de fieles, el presidente del episcopado español, cardenal Rouco Varela, ha querido proclamar el "Evangelio de la familia". En una homilía serena y pensada. Sin confrontación directa con el Gobierno socialista, pero sin dejar de proclamar las dificultades por las que la institución familiar está atravesando en Europa y, especialmente, en España.Para Rouco, el Evangelio de la familia "incluye el Evangelio del matrimonio y de la vida", en una "familia formada y vivida cristianamente". Un Evangelio que se celebra en la eucaristía y se testimonia también "con la presencia pública expresada en esta magna asamblea de las familias cristianas". Una presencia bendecida incluso por el buen tiempo "en esta mañana de domingo del típico invierno madrileño, frío y soleado a la vez". Y el cardenal añadió: "El tiempo siempre está a favor nuestro".
El arzobispo de Madrid, además de congratularse por el sol madrileño, subrayó, una y otra vez, que el hombre no tiene futuro "si prescinde de la verdad del matrimonio y de la familia" y que a ésta no se la puede ignorar "si se quiere construir una sociedad libre, justa y solidaria".
Y "si se cuestiona o niega la verdad del matrimonio o de la familia", Rouco augura una sarta de males y de "consecuencias negativas". Por ejemplo, "se ciegan las fuentes de la vida con la práctica permisiva del aborto, se banaliza la eutanasia", proliferan los divorcios y "las relaciones sociales se hacen frías y distantes", mientras "la sociedad envejece y la crisis demográfica imparable amenaza y pone en peligro el futuro de nuestros marcos de vida y bienestar económico y social". Y el prelado extrajo la moraleja: "Esto es lo que está sucediendo".
Mencionó el Cardenal la ceguera en que vive gran parte de la humanidad, que los consiguientes resultados conocidos en la gran crisis de valores y de dramas familiares que se están viviendo debido al descuido del sentido de familia que está desvalorado por la sociedad, mal dirigida por unos hombres que carecen de sentido cristiano en sus vidas.
«Los niños necesitan el amor de un padre y de una madre»
Porque, según Su Santidad, "la mirada maternal de la Virgen María, la amorosa protección de San José y la dulce presencia del Niño Jesús son una imagen nítida de lo que ha de ser cada una de las familias cristianas, auténticos santuarios de fidelidad, respeto y comprensión, en los que también se transmite la fe, se fortalece la esperanza y se enardece la caridad".
'Fiesta reivindicativa'
Sabemos que estas reuniones de familias cristianas son atacadas duramente por quienes no comprenden los valores que con sus vidas proclaman. Pero sólo quieren manifestar su alegría de verse reunidas con otras tantas familias que viven los mismos valores cristianos. Se sustituyeron casi siempre por "fiesta reivindicativa". Todos repiten que es un acto que "no va contra nadie", pero, al mismo tiempo, recuerdan, como el obispo organizador del evento, Juan Antonio Reig Pla, que "hay que permanecer y resistir, porque somos el patrimonio espiritual del país y representamos el máximo bien social".
Según el presidente de la subcomisión de la familia de la conferencia episcopal, "la Iglesia que es pueblo necesita ser visibilizado y anunciar que el proyecto de Dios sobre la familia es posible y es bello. Por eso, no queremos callar y, sin entrar en confrontación, lo que queremos es gritar el gozo de nuestra fe, en un clamor que llegue al cielo". Porque "los pastores de la Iglesia nos sentimos orgullosos de vosotros, de vuestro testimonio público y del bien que hacéis a la sociedad", les dijo a los presentes en su saludo.
Como ha manifestado Jaime Mayor Oreja "hay que salir a la calle, no esconder las convicciones más profundas, sentirnos orgullosos de nuestros valores y, si otros defienden sus ideas, ¿por qué vamos a vivir nosotros con esos malditos complejos?".
Terminamos por manifestar que en estas asambleas no hay, ni implícita ni explícitamente, ninguna idea de contraatacar las decisiones políticas, sino sólo de ensalzar los valores que defienden las familias cristianas
Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento.
Jacinto Benavente