EL MIRADOR - Antonio Martín Beaumont
Gana adeptos en el entorno del presidente del Gobierno la idea de un adelanto de las generales. El motivo primordial es que tiene ante sí un problema cuya dimensión afectaría a Rubalcaba.
El Semanal Digital - 28 de julio de 2011
El movimiento del presidente del Gobierno sería calcado al que realizó Felipe González cuando anticipó la disolución de las Cortes a finales de verano de 1989. Las razones son muchas. No queda tiempo para culminar reformas en curso.
Sin ir más lejos, el Consejo de Ministros dio el pistoletazo de salida a la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y lo hizo plenamente consciente de que no verá la luz en el Congreso.
Sin embargo, el motivo primordial es que Zapatero tiene ante sí un problema inmediato cuya dimensión afectaría al candidato Rubalcaba: La aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado de 2012 obligatoriamente restrictivos y ante los que estará en juego la propia dignidad del PSOE. No en vano, unas nuevas cuentas pasan por el PNV y siempre a cambio de un sustancioso botín que afectaría a la propia estabilidad del PSE de Patxi López.
¿Para qué someter a Rubalcaba a ese desgaste? La necesidad obliga a evitar roces y disfunciones.
A este respecto es significativo el aviso de nacionalistas vascos y canarios de que este año, el Gobierno, a estas alturas, finales del mes de julio, aún no ha abierto las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos. También debe destacarse el que la reunión veraniega entre el jefe del Estado y el presidente, curiosamente, se va a celebrar en Madrid. Quizá sea porque con la visita del Papa a mitad del mes de agosto a la capital de España a ambos les pilla más a mano, pero, claro, nada puede dejarse de lado cuando de estos asuntos se trata.
La fórmula a emplear por Zapatero es conocida: El presidente visitaría a Don Juan Carlos, esta vez en Madrid, en los días finales de agosto, tras celebrar el último Consejo de Ministros del verano, que será el día 19 , para anunciarle la disolución de las Cámaras el día 30 y, por tanto, el adelanto electoral. Los españoles estarían llamados a votar 54 días naturales más tarde, o sea, el domingo 23 de octubre, así se evitaría en campaña las consecuencias del larguísimo puente del 1 de noviembre, poco más de una semana después. Claro, son hipótesis… ¡Y con el incontinente ZP por medio! Sobre lo que no parece haber dudas es que Rubalcaba tiene marcado en el calendario su gran cita, la conferencia política del PSOE, entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre, que, además de perfilar el programa electoral, supondrá su rampa de lanzamiento hacia las urnas.