EL MIRADOR - Antonio Martín Beaumont
El Semanal Digital - 21 de diciembre de 2011
Ni lo consiguió Felipe González ni José María Aznar ni José Luis Rodríguez Zapatero, pero él sí. Rajoy ganó la primera partida interna de la era mariana que se abrió este miércoles al lograr que no hubiera filtración alguna sobre su Gobierno antes de su comparecencia en La Moncloa.
El asunto no es baladí, puesto que refleja hasta qué punto el nuevo presidente es el amo y señor de puertas para adentro -por si a alguien le quedaba alguna duda-, y sirve para predecir cómo será su mandato al frente del Gobierno: él y sus circunstancias, él y sus tiempos.
El Consejo de Ministros que por fin ha desvelado cumple con esa previsibilidad de la que siempre le gusta hacer gala. Estaba cantado que Soraya Sáenz de Santamaría, la mujer que tiene buena parte del mérito de la titánica labor de oposición popular de la pasada legislatura, sería su mano derecha. No podría haber sido de otra manera. Así lo es, vicepresidenta, ministra de Presidencia y portavoz.
Rajoy también mantiene a su vera a Cristóbal Montoro (Hacienda y Administraciones Públicas), al que en 2008 se trajo del confortable Parlamento Europeo con la promesa de El Dorado. Y a Alberto Ruiz Gallardón (Justicia), que a estas alturas debe de estar dando saltos de alegría por no enrocarse más de la cuenta antaño y rendirse a tiempo cuando hace casi cuatro años se quedó fuera de la candidatura de Madrid. Él además es quien ha mantenido el fuerte rajoyista en el territorio hostil de Madrid. Otra de las carteras es para su hasta ahora "fontanera" más distinguida en el partido, Ana Mato (Sanidad y Asuntos Sociales).
Tampoco podía faltar Miguel Arias Cañete, cuya sintonía con el presidente y con la secretaria general, María Dolores de Cospedal, es tal que le encargaron la cuadratura del círculo de las candidaturas a las elecciones generales, que no es poca cosa.
Además de Arias Cañete y Montoro, de la época del aznarismo repesca a su eficaz amiga Ana Pastor (ministra de Fomento). Rajoy siempre ha alabado, en público y en privado, los equipos que confeccionó Aznar durante sus ocho años en el Ejecutivo y de los que él mismo formó parte. Por eso era lógico pensar que más de un ex ministro volvería a sentarse en la bancada azul del Congreso.
Se esperaba algún as en la manga, hasta en eso ha sido previsible Rajoy. El fichaje de Luis de Guindos para el Ministerio de Economía y Competitividad, de José Ignacio Wert para Educación y Cultura o el de Fátima Báñez (Empleo y Seguridad Social) han dejado alguna que otra boca abierta, también sobre todo el nombre de Pedro Morenés para Defensa. Menor sorpresa es la presencia del canario José Manuel Soria en Industria y Turismo, o que para el Ministerio de Asuntos Exteriores Rajoy haya preferido escoger a un hombre de su entera confianza, el eurodiputado José Manuel García Margallo. Las mismas razones parecen haber primado para la elección del complicado Ministerio de Interior escogiendo a uno de sus mejores amigos políticos, el catalán Jorge Fernández Díaz.
Este es, en definitiva, el dream team de Mariano Rajoy. 13 ministros: lóbrega cifra. De hecho, las malas lenguas vaticinan que el nuevo Consejo de Ministros se quemará en la hoguera de la crisis y de los acuciantes ajustes en el plazo de dos años. De ahí que sea tan importante mantener la retaguardia atenta, con un partido bien vitaminado.
Con todo, ahora lo que toca es darle un voto de confianza al Gobierno, porque su suerte será la nuestra.
El presidente ha tenido tiempo más que de sobra para meditar su equipo, y no cabe duda de que ha elegido a los que considera mejores para esos puestos.
Mención aparte merece que Mariano Rajoy haya decidido amarrar a Esteban González Pons -el único miembro de su equipo de máxima confianza que no está en el Ejecutivo- al frente del PP, más teniendo presente que en pocos meses el partido va afrontar un Congreso Nacional y, poco después, las importantes elecciones andaluzas. A fin de cuentas para Rajoy la labor del partido es tan valiosa como la que pueda ejercer cualquier ministerio. Desde hoy, González Pons, en cohabitación con Cospedal, será el encargado de llevar el día a día de la valiosa maquinaria partidista de apoyo a Rajoy.