A LA YUGULAR
En cosa de varios días ha habido reacciones para todos los gustos acerca de la sentencia del Constitucional, pero falta la del ex presidente del Gobierno, como siempre, la más afilada.
El Semanal Digital - 2 de julio de 2010
El ex presidente de Gobierno José María Aznar achacó este viernes al PSOE y a su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, toda la responsabilidad del "lío" que ha habido estos años en torno al Estatut catalán pero cree que la sentencia del Tribunal Constitucional, aunque adolezca de exceso de "interpretación", marca los límites del Estado autonómico por lo que debe darse por concluida la "irresponsable deriva de inestabilidad y deterioro institucional´.
En su intervención inaugural del Campus de Verano de la fundación FAES que preside, Aznar remarcó que el proceso estatutario catalán fue una "obra más bien chapucera de albañilería política", de la que exculpa a los nacionalistas, que ha llevado al país a una "profunda sima jurídica y política". Y todo, según explicó, motivado por el empeño de los socialistas de mantenerse en el poder.
En su discurso de bienvenida a los alumnos del Campus, el ex presidente dedicó casi la totalidad de sus palabras a valorar el fallo del Tribunal Constitucional y a criticar al PSOE por haber permitido que la reforma saliera adelante en 2006.
Afirmó que el problema generado por el Estatuto de Cataluña es "un lío de socialistas", ya que fueron ellos los que con la reforma convirtieron "un problema de gobierno en un problema de Estado para encubrir sus propias responsabilidades". Aznar eximió de culpa a CiU, de quien dijo que en las elecciones autonómicas de 2003 "no pujaba en su programa por un nuevo Estatuto". La culpa, sentenció, es del PSOE, del PSC y especialmente de José Luis Rodríguez Zapatero por permitirlo.
Un Estado fallido
Aznar responsabilizó al PSOE, y en particular a Zapatero, de sacar adelante el Estatuto a toda costa "en un empeño de alteración del marco político y de exclusión del adversario más cargado de imprevisión, de frivolidad y de sectarismo". "Es preciso tener muy claro quiénes nos han llevado al borde de una profunda sima jurídica y política y quiénes nos han arrastrado, por su estricta conveniencia partidista, al límite de un Estado constitucionalmente fallido, sin nada que lo justificara", remachó.
A su juicio, nada de esto habría ocurrido si el PSOE de Zapatero "no hubiera roto los consensos constitucionales básicos y esenciales para la estabilidad del modelo de Estado". Aznar celebró que, al menos, la sentencia del Constitucional ha rechazado la definición de Cataluña como una nación propia y recalcó la unidad indisoluble de la nación española. Asimismo, ensalzó que el debate sobre la nación catalana "ya ha sido zanjado", aunque desde la Generalitat se cuestione el fallo y se llame a la rebeldía con la convocatoria de una manifestación ciudadana.
Una obra chapucera
Argumentó que la sentencia del Tribunal Constitucional ha puesto de manifiesto que el Estatuto "no estaba cepillado", como se dijo desde el PSOE cuando salió aprobado en las Cortes Generales, y que el recurso que presentó el PP fue "un acto de responsabilidad, de lealtad y de compromiso constitucional".
"Lo que ha quebrado no es ningún proceso de llamada construcción nacional, sino una obra más bien chapucera de albañilería política para sostener en el poder a quienes ya se han cobrado con largueza los réditos del Estatuto", dijo sobre la sentencia.
Eso sí, Aznar lamentó que los magistrados del Constitucional hayan utilizado "en exceso" la técnica de la reinterpretación para corregir 27 artículos del Estatuto de Cataluña, ya que entiende que sería mejor "fortalecer el valor normativo de la Constitución y su primacía efectiva sobre el resto del ordenamiento jurídico". Por eso, señaló que conviene esperar a conocer el contenido concreto de la reinterpretación que el tribunal hace de esos 27 artículos para "calibrar en su integridad el alcance de la sentencia" sobre el Estatuto.
Para terminar, pidió "dar por concluida esta irresponsable deriva de inestabilidad y deterioro institucional" y abrir una nueva etapa que asuma la "exigencia de reconstruir el consenso constitucional" de 1978.